Enrique Rubio Ortiz nació en Alcázar de San Juan el 22 de febrero de 1920.
Fue un periodista español que, especializado en temas de sucesos desarrolló su carrera en los tres medios: prensa escrita, radio y televisión.
Durante su juventud, fue ferroviario como su padres, residiendo en diferentes localidades, según el destino de su padre (Albacete, Sevilla, Linares, Murcia y Zaragoza).
Con quince años había realizado su primera exposición de caricaturas personales en Murcia, que le permite colocar los primeros dibujos en los diarios “Gol” y “Murcia Deportiva”.
La Guerra Civil le sorprendió en Cataluña, mientras pasaba unos días de vacaciones en Tarroja de Segarra (Lleida), y a sus 18 años ingresó en la "Escuela Popular de Guerra", situada en el Colegio de los Padres Escolapios de Sarriá, en Barcelona. De allí salió oficial de artillería antiaérea (DCA), no llegando a ejercer mando porque se inició la retirada a Francia, hacia Argelès-Sur-Mer, en cuyas playas quedó abandonado tras altas alambradas, para evitar huidas.
Enviado preso de vuelta a España, pasó por Irún y los campos de concentración de San Sebastián y Vitoria. Su hermano, gracias a mover los contactos pertinentes, pudo salvar a Enrique Rubio de la ejecución en la plaza de toros de Vitoria, pues muchos oficiales del bando republicano -y él lo fue- fueron ejecutados. Le enviaron luego a la cárcel de Torrero, en Zaragoza.
Tras cumplir su condena solicitó el ingreso en Ferrocarriles, para ayudar a la economía familiar. Finalmente consigue un trabajo de telegrafista en Zaragoza.
Retoma su trabajo como caricaturista y, gracias a recomendaciones oficiales, empieza a colaborar en la prensa, por ejemplo en la revista “Amanecer”, de Zaragoza, y “La Prensa” y “Solidaridad Nacional”, de Barcelona, ciudad donde se instala definitivamente.
De aquí pasa a participar en publicaciones a nivel nacional como “Informaciones” o “Marca” donde poco a poco fue compaginando el dibujo con la escritura, para consagrarse definitivamente a la profesión de periodista.
Realiza una suplencia y cubre la noticia de un suceso acaecido a una artista popular de la época, “la Bella Dorita” y a partir de entonces queda totalmente subyugado por las posibilidades de este tipo de información y, desde 1947, colabora con la radio con intervenciones en diferentes programas y emisoras, creando con su trabajo un estilo y sobre todo una forma de entender los sucesos con un populismo de perfil bajo, cierta bonhomía y gran impacto emocional.
Fruto de todo este trabajo se llegó a recopilar hasta 20.000 sucesos en su particular “Timoteca Nacional”.
Fue uno de los principales impulsores de los diarios “El Caso” y “¿Por qué?”. Trabajó en Radio Nacional de España colaborando en el programa “Protagonistas” de Luis del Olmo y escribió en “La Vanguardia”.
Fue también uno de los pioneros de Televisión Española, en la que trabajó entre 1959 y 1979. Debutó en televisión en el año 1960 como presentador del programa “Panorama”, junto a Federico Gallo, y continuó presentando programas durante toda esa década, colaborando en un total de 10 programas., destacando su participación en el popular “Investigación en marcha”.
Entre sus libros, destacan “Tras el suceso. Los sucesos más sensacionales de los últimos años relatados por un periodista (1956)”, “La Timoteca Nacional: Enciclopedia de la picaresca española” (1984) o “La Timoteca Nacional: Olor a timo” (2000) – donde Enrique Rubio hace una recopilación de dos mil estafas dirigidas al ciudadano que identificó a lo largo de su larga trayectoria profesional-.
A lo largo de su carrera profesional recibió diferentes premios como la Medalla de Oro de Cruz Roja de Barcelona (en 1961), el premio Antena de Oro (1963), el Emblema de Oro de la Agrupación Sindical de Radio y Televisión (1965) y la Medalla al Trabajo "President Macià" de la Generalitat de Cataluña (1996).
La labor de Enrique Rubio tiene que ver con el interés de profundizar en las partes oscuras de la conducta humana y saber hacerlo sin ella involucrar a los espectadores, otros, los malos. De esta forma, se produce un acercamiento de la audiencia al relato negro que ni cuestiona el poder ni la naturaleza humana. El daño sólo pertenece a los delincuentes.
Rubio acumuló una trayectoria de cincuenta años de información, un estilo de autor y una obra que tuvo un gran éxito. Además, siguió dibujando caricaturas, de las que de vez en cuando hacía alguna exposición. Cuando le llega el momento, no acepta la jubilación y todavía trabaja hasta rozar el final de siglo como invitado de diferentes magacines, incluso en las televisiones autonómicas y privadas. En TV3, participa en “Picaresca Club” y “Caso abierto” (1995-1998). En Telemadrid (1996-1998) y en Antena 3 (1998-2000) extiende aún más su trabajo.
Enrique Rubio falleció en Barcelona el 9 de diciembre de 2005.
FUENTES:
MARCHENA, Domingo (2005): “Un periodista apasionado”. La Vanguardia. Barcelona,
SANDOVAL, Josep (1995). “Un manchego curioso” . La Vanguardia. Barcelona.
https://www.plusesmas.com/nostalgia/biografias/enrique_rubio_ortiz_/
http://www.timotecanacional.com/personajes.htm
