De andar rápido y muy observador, atento a todo lo que pasa a su alrededor y con quien se cruza por la calle, a los que saluda cariñosamente; respetuoso, amigo de sus amigos, cumplidor, defensor a ultranza de las tradiciones de Ciudad Real, solidario, ciudadrealeño nacido en la calle Real… Él es Manuel López Francia (Ciudad Real, 1 de agosto de 1949), la voz de la radio en Ciudad Real desde 1966 hasta ayer mismo, más de 50 años dedicados, como aquellos discos, a las ondas, donde ha compartido trabajo y vivencias con grandes compañeros a los que quiere mencionar expresamente en esta entrevista. Se siente, por tanto, persona de la radio, como tantas otras, formando parte de maravillosos equipos que elevaron este medio sonoro a lo que es hoy en día. López Francia es historia viva de la radio en Ciudad Real. Un medio que ha cumplido su primer siglo de vida en España. No olvidemos su faceta de presentador de todo tipo de eventos: festivales, pregones, nombramientos, premios, etc., labor que todavía continúa y continuará hasta que sea posible. No le gusta defraudar y además se siente bien sobre el escenario, su tercer lugar favorito tras la radio y su huerto, que le distrae cada mañana.
¿Quién no conoce en Ciudad Real a Esteban el kiosquero? Más de 45 años al pie del cañón, sin faltar ni un día y con jornadas maratonianas, de 5,30 de la mañana a 9 de la noche. Simpático como pocos, atento siempre, madridista de pura cepa, lector habitual de prensa, en papel por favor, aunque ahora los titulares los revisa online, Esteban Bravo López-Cano (Ciudad Real, 1954) cumplirá 65 años el próximo 3 de agosto. ¿Se jubilará? No lo sabe aún, pero confiesa que, si la salud se lo permite y la economía le ayuda, continuará un poco, pero si no, se despide con la tranquilidad del deber cumplido, no sin lamentar el poco apoyo al papel, un soporte inigualable frente a lo digital, digan lo que digan y quién lo diga, defiende. Con su permiso, metidos en su kiosco de la avenida el Torreón, su segunda casa, ayeryhoynews se sumerge un poco más en la vida de Esteban, uno de los últimos kiosqueros de prensa de Ciudad Real.
José Luis apenas contaba con un mes de vida cuando su abuelo, perdón ‘padre Antonio’ como le gusta que le llamen sus hijos y nietos, se jubiló como policía local de Ciudad Real. Ahora, él acaba de ingresar en el Cuerpo donde realiza labores de patrulla o es la primera cara nada más entrar en la Jefatura de la calle Calatrava. Mientras, en la primera planta, su tío Jesús Carlos, subinspector, se afana en la protección de las víctimas asignadas en la Unidad de Violencia de Género. Su padre Antonio, que cumplirá 90 años este mes de noviembre, fue jefe de la Policía y pasó por varias escalas y servicios tras 42 años de profesión. Nos confiesa que seguiría en la Policía si le dejaran y lamenta que el ‘Covid-19’ le haya borrado la memoria necesaria para conocer plenamente a sus compañeros de profesión y amigos. Ellos son los Vendrell (Antonio Vendrell Díaz-Toledo, 1933; Jesús Carlos Vendrell García de León, 1967; y José Luis Vendrell Navarrete, 1998), una saga de policías locales de Ciudad Real por vocación y convicción, con reconocimientos y méritos profesionales, y con valores como la entrega y disciplina grabadas a fuego. Unos pilares, por otra parte, trasladables al resto del cuerpo de Policía Local de Ciudad Real. Por tanto, esta entrevista habla de la trayectoria, más humana que profesional, de tres agentes, abuelo, hijo y nieto, pero que podría obedecer al perfil de cualquier otro policía local de nuestra ciudad (*).
Buena persona, trabajador, inquieto, inteligente, perspicaz, de espíritu joven, con grandes dotes de saber estar, con enormes actitudes y aptitudes aunque él sea modesto y no quiera reconocerlo, aprendiz de mucho y maestro de más… Ramón Romero Gómez (Fernán Caballero, 1941) ha trabajado 38 años en la Diputación de Ciudad Real, en la Imprenta Provincial donde llegó a ser jefe de servicio, colaborando los fines de semana en el negocio familiar, Floristería Santa Elena en plaza Mayor, donde a lo largo del tiempo recorrió casi tres millones de kilómetros en viajes a la búsqueda del mejor género. Con la jubilación y la pronta viudedad lamentablemente, Ramón se embarcó en lo que le gustaba: aprender y aumentar la sabiduría que dan los libros, que ya de la vida lleva algo de ventaja. A sus 82 años, ha concluido en el campus de Ciudad Real de la UCLM Derecho y máster; Relaciones Laborales y este mes empieza el tercer curso de Administración y Dirección de Empresas. Once años de trabajo, investigación y estudio, con resultados magníficos, de sobresaliente. Conozcamos un poco más al alumno más longevo de la Universidad de Castilla-La Mancha.
El doctor Francisco Feo Brito es un apasionado del estudio y la investigación de las alergias. Su profesor Conde le transmitió esta pasión que, a sus 71 años de edad, él transmite a los alumnos de la Facultad de Medicina de Ciudad Real, donde ha citado a ayeryhoynews para esta entrevista. Natural de Mala, una aldea de Haría (Lanzarote), lleva más de 40 años en el ejercicio de la profesión de Alergología en los hospitales Alarcos y General Universitario de Ciudad Real, jubilado hace poco tiempo; varios años profesor titular de la Facultad y el año próximo será profesor honorífico de la misma. Este mes de octubre de 2023, impartirá la sesión plenaria inicial sobre los 40 años de la Red de Aerobiología Clínica en el congreso nacional de Alergología de Santiago de Compostela. Participa y colabora en varios proyectos de investigación, de los que nos avanza interesantes ideas sobre los diagnósticos moleculares y de precisión para cada paciente alérgico. Reconoce la deuda con su familia, su mujer, sus tres hijas y sus tres nietos, a los que ahora les dedica más tiempo. Destaca la labor también de su mujer, técnico especialista de laboratorio, "ha trabajado a mi lado para que nuestro grupo clínico esté entre los 12 grupos nacionales financiados por el Instituto de Salud Carlos III durante 12 años". Siempre que puede vuelve a su tierra amada; volverá el próximo mes de septiembre, a sus placenteros paseos por la playa de la Garita de Arrieta.