Isabel Perillán Quirós nació en la localidad de Campo de Criptana en los primeros años del siglo XVII.
Perteneció a una familia noble con una gran importancia política, social y económica en la localidad criptanense y de su comarca.
Como bisabuelos tuvo a Juan Sánchez de Olalla y María López. Por esta misma rama, sus abuelos fueron Isabel López de Olalla y el destacado doctor Perillán de Yepes (fallecido en 1619) y que gracias a los censos de la época conocemos de su posición económica acomodada.
Su padre fue Cristóbal Perillán, del que se sabe que en 1604 llegó a ser Alcalde Ordinario de Campo de Criptana. De su madre, Catalina de Quirós, vemos que aparece como contribuyente (caso extraño para una mujer en el siglo XVIII) con el apodo “la quirosa de Perillán“.
Cristóbal y Catalina eran devotos y hermanos de San Francisco, siendo amortajados en los momentos de su muerte con el hábito de dicho santo, y sepultados en la Capilla de la Virgen del Rosario de la Iglesia Parroquial local.
Los hermanos de Isabel fueron el clérigo Don Diego Perillán, con domicilio en la calle Valenzuela, y Catalina Perillán.
Otros familiares a destacar por su importancia social en la localidad fueron: el tío Diego Perillán, un abogado que estudió la carrera de Leyes en la Universidad de Salamanca, su primo Fray Juan Perillán, y sus primas María y Clara Inés Meneses que aparecen en el listado de hidalgos de Campo de Criptana.
Isabel Perillán Quirón se casó con el tomellosero Juan García Lázaro, que ocupó cargos públicos en el ámbito municipal criptanense. Así, en 1644 era Alcalde Ordinario y en 1633 era Administrador de las Tercias que percibía la Orden de Santiago en la localidad.
De este matrimonio nacieron dos hijos. Don Juan García, casado en primeras nupcias con Doña María de Oropesa, vecina de Argamasilla de Alba, y en segundas con Doña Catalina de Alba, vecina de Alhambra. De cada matrimonio nació una hija, Isabel, del primer matirmonio; y Andera, del segundo enlace.
Otro hijo de Isabel Perillán y Juan García fue, pese al cambio en su apellido, Nicolás Ramírez de Arellano, que primero estuvo casado (teniendo dos hijos, Manuel e Isabel) y posteriormente se inclinó por la vida sacerdotal. Este hijo de Isabel tuvo una vida turbulenta y fue muy famoso en la época el pleito que tuvo con Teresa López Pintado, que los acusó de estupro y haberle dado falsa palabra de matrimonio.
Al final la citada Teresa recibió una gran cantidad de dinero para que abandonara este pleito y así su hijo pudiese optar a la vida religiosa. Precisamente por el pago en compensación que tuvo que hacer la familia, se tiene conocimiento de que Isabel Perillán tuvo que hipotecar una viña de unas 8.000 vides que con su cocedero tenía en Arenales de la Moscarda (hoy Arenales de San Gregorio).
Isabel de Perillán Quirós fue una notable poeta. De ella se conserva una composición poética de 1644, en un manuscrito de la Biblioteca Nacional de España, con la cual consiguió el segundo premio del certamen literario que tuvo lugar en Campo de Criptana en honor a San Antonio de Padua.
En este certamen poético se tiene constancia de la participación de, además de Isabel Perillán Quirós, de: Doña Juana Salinas, monja seglar de San Juan de Alcalá; los licenciados criptanenses Diego Ortiz Muñoz (Colegial de San Clemente de Alcalá), Félix Ortiz Muñoz y Antonio Martínez: el franciscano criptanense Fray Juan García de Loaisa; el también local Don Francisco Magnas Román; el Doctor, natural de El Toboso, Francisco Fernández Morales Xarinero; el maestro criptanense de latinidad, el licenciado Juan Zarzo; el maestro criptanense de gramática Francisco López Ortiz y Don Andrés Abad.
El certamen literario estuvo dedicado a Rodrigo Sarmiento Villandrando Mendoza y Silva, Duque de Híjar, Conde de Salinas, Señor de Villarrubia y Ribadeo (1600-1664), que fue un importante mecenas de la cultura en su época y auspició numerosos certámenes literarios.
El poema por el que Isabel Perillán recibió el segundo premio es un romance de 64 versos. Los últimos son:
Si tenéis en vuestra mano
al que es la causa primera,
de quien pende toda causa,
hazed que esta favorezca.
Esto de veras os pido,
porque siempre hablo de veras,
aunque mi musa burlada
se quede, si no la premian.
El 5 de febrero de 1663 Isabel Perillán y Quirós redactó testamento ante Pedro Díaz Alarcos en Campo de Criptana. En el mismo deja escrita su voluntad de ser sepultada en el Convento de Carmelitas descalzos de esta villa en la sepultura que ordenare su hijo, el licenciado Nicolás Ramírez.
También deja estipulado que se entreguen 1000 reales para que su hijo pueda cumplir diferentes deseos desde su entierro y pueda pagar las limosnas correspondientes:
- Una misa cantada por su ánima con tres religiosos, el día de su entierro o el siguiente.
- Tres misas por su ánima, todos los sacerdotes y frailes que estuviesen en la villa.
- 224 misas por su ánima y demás personas de obligación en honor de San Gregorio.
- Dos años sobre su sepultura de un año de cera y pan.
- Lo acostumbrado a la mandas forzosas redención de cautivos Santos Lugares de Jerusalén.
Además, deja para su criada María Jiménez: una cama de pino llana, un colchón lienzo, un cobertor verde y una manta blanca de paño, un medio arcaz, un escabel, un taburete de pino, una sartén, asador y deja encargo a su hijo de que le dé para dos arrobas de lana negra durante toda su vida, por el buen servicio que le ha hecho.
Para su otra criada, Antonia de la Paz, deja: una cama de pino llana, dos mantas. Un cobertor, un colchón y un jergón. Una delantera, dos almohadas, una sábana llana y doscientos reales en dinero o en bienes que escoja, también por el buen servicio que le ha hecho.
El resto de su herencia lo deja, en su mayor parte, a su hijo Nicolás Ramírez y dejando una parte a sus nietas, descendencia de su hijo Don Juan Perillán.
En su honor, el 12 de junio de 1990 se le puso su nombre a un Instituto de Educación Secundaria de Campo de Criptana.
FUENTES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Isabel_Perill%C3%A1n_y_Quir%C3%B3s
