Los bonales, bohonales o trampales, son lugares con humedad permanente o casi permanente, en los que el agua, procedente de nacederos, arroyos, o del subsuelo, se encuentra en su mayor parte empapando el terreno o circulando lentamente por la superficie formado pequeñas pozas.
En estos suelos encharcados, con poco contenido de oxígeno y nutrientes, la mineralización de los restos de los seres vivos se ve dificultada, por lo que tienden a acumularse y transformarse lentamente en depósitos de turba, lo que da a estos lugares el nombre de turberas.
A pesar de tratarse, por lo general, de enclaves aislados y de pequeñas dimensiones, se trata de ecosistemas de gran interés botánico, presentando particularidades que los distinguen de otras zonas húmedas. Son sistemas complejos que presentan una flora peculiar y hábitat exclusivos, en los que se produce un micromosaico de comunidades vegetales diferenciadas en función de una serie de factores ecológicos entre los que se muestran como determinantes los que afectan al régimen hídrico. A su indudable valor desde el punto de vista botánico, hay que añadir el hecho de que los bonales sirven de abrevadero para la fauna y como lugar de puesta y desarrollo larvario de anfibios.
El Barranco de los Membrillos esa una microrreserva de casi siete hectáreas que alberga un bonal de ladera de raña, alimentado por las aguas procedentes de varios regueros que se juntan en uno central, cercano al Arroyo de los Membrillos, de donde toma su nombre, y que discurre por la Garganta del mismo nombre. Está ubicado entre la Garganta de los Baños y la Garganta de la Madera, apareciendo una buena muestra de especies vegetales del monte mediterráneo, dada su ubicación en la zona morfoestructural de Montes de Toledo. También aparecen en las zonas más planas campos de labor.
Esta zona se encuentra rodeada de jaras, brezos, aulagas, quejigos, fresnos y robles, destacando uno milenario cuya edad se calcula en más de 500 años. La zona encharcadiza cercana al arroyo aparece cubierta por una apretada formación de Carex echinata (tipo de planta herbácea que puede alcanzar más de un metro de altura).
Hay pozas naturales de profundidad notable tapizadas por esponjas de Sphagnum (musgo) palustre. A lo largo de los diversos regueros que surcan el bonal encontramos nutridas poblaciones de Eleocharis multicaulis y Rhynchospora alba (diferentes tipos de herbáceas, que en el caso de esta última rematada por una bella flor blanca o amarilla), y junto a ellas, grupos de las carnívoras droseras que destacan con su intenso color rojo.
En las zonas marginales podemos encontrar a la otra insectívora típica de estos hábitat, Pinguicula lusitanica, mientras que en el resto del trampal aparece el pajonal de Molinia caerulea, cargado de altas escobillas (Erica tetralix) y aulagas rateras; también podemos encontrar a la orquídea Dactylorrhiza elata de colores morados.
Respecto a la fauna, se encuentran una gran cantidad de aves como el torno, el jilguero, la paloma torcaz, el azor e incluso águilas culebreras. En cuanto a los mamíferos puede aparecer el jabalí, el corzo y el ciervo. Son especialmente importantes los tritones ibéricos dada su alta protección y gran singularidad.
FUENTES:
https://www.revistamedioambientejccm.es/images/pdf/macm11.pdf
https://www.turismociudadreal.com/patrimonio-natural/9/bonal-del-barranco-de-los-membrillos
http://blogdepuebladedonrodrigo.blogspot.com/2014/06/microrreserva-los-bonales-espacio.html
