Los orígenes de esta construcción religiosa hay que encontrarlos, aunque no podamos confirmarlos totalmente, en una antigua sinagoga cuyo origen habría que datarlo en el siglo XV. Las referencias históricas nos confirman que en 1576 se puso la primera piedra del actual edificio en un corral adquirido por la ya existente Cofradía de Veracruz de Valdepeñas.
Y es que desde mediados del siglo XVI la futura ermita de la Veracruz hunde sus raíces en la historia de la hermandad del mismo nombre que fue constituida el 15 de enero de 1559 por 10 valdepeñeros que se reunieron para confeccionar sus ordenanzas en casa de Don Juan Ventura. Dichas ordenanzas serían aprobadas en febrero de 1568.
Con la recaudación de limosnas y otras aportaciones la cofradía comienza la empresa de la construcción de una ermita para tener un lugar de culto independiente. Para ello solicitan al ayuntamiento la posibilidad de habilitar un corral, que es en el que, como ya se ha indicado, se asentó el primigenio edificio. Junto a la ermita, se construye una casa como vivienda del santero. En aquellos tiempos la ermita se encontraba a extramuros de la villa junto a una antigua vereda de paso del ganado.
En el último cuarto del siglo XVIII volvemos a encontrar datos de la ermita, que aparece en el Censo de Aranda de 1761. En marzo de 1770 tenemos el testamento del sacerdote Don Alfonso De la Torre Ontiveros Ruiz donde deja “una memoria perpetua” dotado de varias heredades, siendo una de ellas la de la Veracruz, obligando a que el altar de la ermita se ponga luz “para que no falte” y se celebren misas en su nombre. Gracias a la descripción que se hace de este lugar podemos saber que en la ermita había un altar dedicado a Nuestra Señora de la Soledad y otro del Sepulcro.
Ya en el siglo XIX la ermita aparece nombrada en diversos documentos y se conoce que a principios de ese siglo se coloca un retablo (procedente de la iglesia de la Asunción) y se restaura su espadaña.
En el año 1835 con la desamortización de Mendizabal, la cofradía de la Veracruz se extingue, pero a pesar de ello la ermita seguirá en pie, tal y como lo demuestra el hecho de que sea mencionado en las descripciones de Madoz. En 1886, gracias a Eusebio Vasco, se refunda la cofradía.
En 1936, durante la Guerra Civil Española, el templo sufrió grandes desperfectos, siendo restaurado después y abierta de nuevo al culto hasta 1980. Adquirida por el Ayuntamiento, se acondicionó el edifico reconvirtiéndolo en el Auditorio Francisco Nieva, hasta que en 2018 se renombró como Auditorio Inés Ibáñez Braña. Allí se realizan ahora actividades culturales como son exposiciones, presentaciones de libros, representaciones teatrales…
Fue declarado Bien de Interés Cultural el 8 de octubre de 1982.
En cuanto a su arquitectura, en su parte exterior la construcción es de ladrillo y tapial sobre zócalos de piedra. Las puertas, sobre escalones, se enmarcan con dinteles de piedra de desigual longitud, con cornisas y con una cruz en bajo relieve dentro de un óvalo. La que da a la plaza, las jambas son también de piedra, con decoración de relieve cruciforme. En su clave, cruz bajo relieve. Las ventanas son arquitrabadas, con una reja sobre la puerta principal de la plaza.
En el interior la ermita tiene planta basilical, dividida en tres naves, siendo más elevada la central. Seis pilares, tres a cada lado, unidos mediante arcos de herradura, dividen las naves. Un alfarje mudéjar (estructura plana de madera) cubre el techo de la nave principal y el antiguo coro de madera se sitúa en alto, encima de la puerta de entrada, a los pies del templo. Abundan los elementos mudéjares repartidos por todo el edificio.
FUENTES:
https://turismo.valdepenas.es/monumentos/patrimonio-religioso/ermita-de-la-vera-cruz/
http://culturaval.blogspot.com/2018/02/ermita-de-la-veracruz.html
https://www.turismociudadreal.com/patrimonio-cultural/68/ermita-de-la-veracruz
