El origen de este edificio religioso hay que buscarlo en la gran amistad entre Santa Teresa de Jesús y su amiga y benefactora Doña Luisa de la Cerda.
Ambas mujeres se conocían desde hacía años e incluso la Santa la acompañó durante una temporada en su residencia de Toledo, cuando doña Luisa quedó viuda (1562). El esposo de ésta, era poseedor del título de “Señor de Malagón”, y siendo grande el arraigo familiar en esta localidad, las mujeres decidieron ubicar allí una de las fundaciones que la religiosa tenía en mente crear. Así, el Convento de las Carmelitas Descalzas se convertiría en la tercera de las diecisiete fundaciones que llegó a hacer Teresa de Jesús por la geografía española.
Las primeras monjas carmelitas llegaron a Malagón el 1 de abril de 1568 y unos días después se instalan en las “Casas de la Quintería” de la familia de doña Luisa que se convirtieron así en un convento provisional.
Aunque Santa Teresa marchara a Valladolid a gestionar una nueva fundación y la de Malagón pasase a un segundo plano, su ubicación estaba totalmente acordada en un olivar a las afueras de la localidad.
En 1570, vuelve Santa Teresa de Jesús a Malagón aunque la creación del nuevo convento tuvo que sortear numerosos inconvenientes hasta que en 1575 se firman las correspondientes escrituras determinándose un plazo de tres años para la construcción de dicho convento.
En 1578, Teresa de Jesús pasa por Malagón a la vuelta de Toledo y observa los retrasos de la obra que debería acabarse el año siguiente. Viendo el retraso del proyecto, la santa y las propias monjas se ofrecen a trabajar en la obra. Por fin, el 8 de diciembre de 1579, las monjas realizan el traslado desde su ubicación inicial hasta el nuevo convento.
Actualmente, el convento sigue estando ocupado por religiosas carmelitas descalzas.
En cuanto a la arquitectura del edificio, ésta fue diseñada por Nicolás de Vergara “el Mozo”. La construcción consta de dos plantas con un claustro central. El cuerpo inferior de este claustro está compuesto por un pórtico de columnas de piedra y el superior presenta balaustrada, con pies derechos, vigas y zapatas de madera, que forma una galería abierta al patio. La planta baja está construida con muros de mampostería y la alta con tapial. La viguería de los forjados y las cubiertas son de madera y los suelos de baldosa de barro cocido.
En la parte occidental del convento se encuentra la iglesia, de una sola nave con una capilla lateral. Su aspecto actual se debe a una reforma llevada a cabo en época barroca. La nave está cubierta por bóveda de cañón rebajada, con lunetos y arcos fajones sobre columnas toscanas. Sobre el presbiterio se abre una pequeña cúpula.
Destaca de la iglesia el grandioso Retablo Mayor, de estilo barroco, construido en 1732 por Germán López Mejías. Está dedicado a la Santísima Trinidad y además está representada la Sagrada Familia.
Hasta finales de los años veinte se conservó en su interior el cuadro de San Juan Bautista de El Greco, que en esta época sería vendido al Museo de Bellas Artes de San Francisco, en Estados Unidos.
Dentro del convento podemos encontrar varios retablos de menor tamaño y unas imágenes de San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y la Virgen del Carmen; además de un crucificado del siglo XVI, conocido popularmente como el “Cristo verde” por la oxidación de los pigmentos de su pintura. En el convento también se encuentra una escultura de Santa Teresa de Jesús sentada (fechada en 1732).
FUENTES:
https://www.turismociudadreal.com/patrimonio-cultural/204/monasterio-de-san-jose-de-malagon
https://www.turismo.malagon.es
