jueves. 25.04.2024

OCTAVIO MARTÍN MUÑOZ, PERSONAJE EMBLEMÁTICO DEL CARNAVAL DE MIGUELTURRA: “Mi Carnaval es alegre y libre”

Pasear con Octavio por Miguelturra, aunque sea en una fría mañana de invierno, es sentirse como en casa, él nos ofrece el calor y la sonrisa de un hombre bueno, con gran sentido del humor y defensor de su pueblo, sus gentes y su Carnaval. No da un paso sin que algún vecino le salude y se detenga unos minutos a hablar con él. “Esto es vivir”, nos asegura Octavio, que con sus 93 años de edad, goza de su pueblo y, sobre todo, de su Carnaval como el que más. Ya lo hizo en su niñez cuando estaba prohibido y lo seguirá haciendo hasta que el cuerpo aguante. Ahora, anima a las nuevas generaciones a seguir disfrutando de esta fiesta, para él la mejor fiesta del mundo, y a vestirse de máscara callejera, “algo muy nuestro”. Ha sido fundador de peñas como la de Los Segadores, actor e impulsor de otros muchos eventos para que el Carnaval churriego sea de Interés Turístico Nacional; posee un grafiti en una céntrica plaza, se han publicado libros con algunas de sus coplas, coplillas, cantares y estribillos sobre tradiciones, costumbres y, principalmente, de lo que más le apasiona, el Carnaval de Miguelturra. Ahí va una de ellas: “El Carnaval de Miguelturra ya lo saben los de afuera, / que tenemos la gracia de la máscara callejera, / la máscara callejera es la que tiene futuro, / porque para vestirse no se necesita un duro”.    

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Octavio Martín, junto a las dos esculturas del Aliguí y la Máscara Callejera de Miguelturra (Fotos: Ayer&hoy)

Pregunta.- ¿De dónde le viene su vena carnavalera, a su familia le gustaba el Carnaval?

Respuesta.- Era una vida muy de pobres, éramos humildes y por si fuera poco, a mi padre lo mataron en la guerra; estuvimos 5 hermanos sin padre, el mayor tenía 12 años; te puedes imaginar cómo fue en aquellas fechas. Cuando yo nací, en 1946, ya estaba prohibido el Carnaval.

P.- ¿Usted se ha vestido de máscara aunque estuviese prohibido el Carnaval?

R.- Sí, sí, era muy chico, no le tenía miedo a la Guardia Civil ni a nada, pensaba que cómo me iban a pegar un tiro por ir de máscara. No me cogieron nunca, me valía de patas como se suele decir. Escribí una copla que habla sobre ello: “Yo me subí a un árbol, y me faltaban las fuerzas, y al bajarme para bajo, se me veían las vergüenzas, porque yo iba de ropa ligera…”. No teníamos muchas cosas más en la calle, que era donde te divertías. ¿Recuerdas el trompo? Pues bien, liaba la cuerda y donde había más gente, ahí lo echaba.

Ahora tenemos mucha más comodidad que en mis tiempos, gracias a Dios, pero creo que necesitamos más alegría.  Cuando llega el Carnaval, muchos prefieren quedarse en el bar a tomar unas raciones, pero en mis tiempos no era así, o te metías en tu casa o salías a la calle; y en tu casa no existía el bienestar de ahora, carecíamos de lo más básico.   

Ahora tenemos mucha más comodidad que antes, pero creo que necesitamos más alegría

P.- ¿Cuándo empezó usted de máscara callejera?

R.- Empecé con 8 ó 9 años. Mi realidad es la de vivir la vida con buen sentido del humor y de ahí me nace el Carnaval, debe ser así; para mí no es una fiesta cualquiera, no, aunque respeto el resto de tradiciones, como digo en una de mis coplillas: “Las fiestas de Miguelturra son todas muy populares; el Cristo, Semana Santa y también los carnavales.

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Octavio junto a su grafiti (Foto: Ayer&hoy)

P.- ¿Cree que ahora hay sentido del humor?

R.- Desgraciado el que no lo tenga. Si no cultivas el buen humor, no me dices nada.

P.- Usted no sólo no ha dejado de disfrazarse, salvo pandemia, sino que ha promovido el Carnaval miguelturreño, ¿no?

R.- Sí. Las estatuas al Aliguí y a la máscara callejera de la plaza se pusieron, entre otros motivos, gracias a las coplillas que hice en los años 80, en ellas digo: “El Carnaval de Miguelturra siempre ha llevado su marcha / calle Paquito León para ir a la calle Ancha / en la calle Ancha reúne las mejores condiciones, / no existen las apreturas ni tampoco rempujones… /  Y lo que yo digo aquí fue aquel año, lo digo en mis ensanchas, / en el futuro se ponga una estatua en la calle Ancha”. Y así ha sido, he trabajado por ello. En todos los pueblos se erigen esculturas y monumentos representativos, en Tomelloso se ponen tinajas por el vino, pero Miguelturra es Carnaval, ya era hora de que las pusieran, me costó mucho trabajo.

En los dos monumentos se ve la figura del Aliguí, una máscara representativa del Carnaval miguelturreño, una máscara que salía, salíamos, con una vara larga con un chorizo en la punta, yo le ponía un pimiento, y se cantaba: “Al aliguí, al aliguí, con la mano no, con la boca sí”. En la otra escultura se ve la típica máscara callejera de Miguelturra, con la postura tradicional al decir aquello de ¿a que no me conoces?

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De paseo con Octavio por Miguelturra (Foto: Ayer&hoy)

P.- ¿Se ha disfrazado tanto de máscara callejera como en el desfile del Domingo de Piñata?

R.- De ambas cosas. Fundé la peña Los Segadores, porque vi que el Carnaval no era gastarse todo el dinero en un día. Para salir el Domingo de Piñata hay que comprarse un traje, ensayar y el domingo se acaba todo, no. Era costoso y no me gustaba mucho. El Carnaval mío es alegre, libre, y en el desfile teníamos que ir alineados, siempre ordenándome que no me saliera de la fila y a mí me ordenaron en la mili pero no me gusta que me ordenen, y que conste que no soy machista. El Carnaval no es para eso, es para divertirse.

Las peñas somos las creadoras del programa del carnaval de Miguelturra. Desde el viernes que es el pregón hasta el Domingo de Piñata, cada peña tiene su cometido. Del pregón se ocupaba antes la peña Los Segadores; el lunes es una fiesta muy popular, con la degustación de la fruta en sartén, soy uno de los fundadores del certamen y hago la limoná para todo el pueblo; el martes es el día grande de la máscara callejera; el miércoles, entierro de la sardina, donde el Rey de Carnaval y yo mismo somos los protagonistas; el jueves, también máscara callejera; viernes y sábado, concursos de trajes, y Domingo de Piñata es el momento en que los padres visten a todos los niños de máscara.

La máscara callejera no se puede perder, vendrán nuevas generaciones que continuarán con el legado

P.- ¿Este año de qué se va a disfrazar?

R.- Me adapto a todo, guardo muchísimos trajes en casa. Mi mujer era muy apañada y cuento con muchísimos disfraces, todos artesanales. Un año saqué un traje de botones, para lo que me procuré 17 kilos de botones, los llevaba en pantalones, chaqueta, zapatillas, cada botón era de un color, es muy llamativo; también tengo un traje de rombos, o hechos con anillas de refrescos, de tapones…  

P.- Usted tiene un grafiti en Miguelturra, ¿cuándo se lo hicieron y por qué?

R.- Fue en la pandemia, como no tenían nada que hacer en los Carnavales, se les ocurrió poner los grafitis esos, el Ayuntamiento –que fue quien los pagó- se acordó de mí, me dijeron que por ser una persona emblemática de la fiesta del Carnaval.   

P.- ¿El Carnaval de Miguelturra de antes y el de ahora se parecen en algo?

R.- Es muy distinto, pero Miguelturra posee un Carnaval tremendamente original. Somos gentes que, en general, disfrutamos de buen humor y somos pioneros en esta fiesta, por algo nos hemos ganado la declaración de Interés Turístico Nacional. Aparte, creo que para ser máscara callejera hay que nacer, pues no vale que una persona que no sea de Miguelturra, vaya con la cabeza gacha, no salude a nadie ni sea sociable, si es así o no, ella se lo busca… Yo no lo sé, porque soy una persona poco culta, pero soy inteligente a la vida.

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Junto al monumento erigido en homenaje a la Máscara Callejera (izda.) y el Aliguí (Foto: Ayer&hoy)

P.- ¿La máscara callejera se está perdiendo o no?

R.- No, no se puede perder. Pasa como con todo, cuando fundamos una cosa nos ponemos como locos pero luego ya nos vamos cansando. Si comparamos lo de antes con lo de ahora, le diré que el Carnaval era más alegre que hoy en día.

P.- ¿Por qué?

R.- Porque la gente no tenía otra manera de gozar, por no haber no había casi ni luz ni radio ni nada. El jolgorio de las máscaras callejeras era a ver qué pasaba en la calle, salíamos disfrazados aunque estuviera prohibido, todo era un ir y venir, p’allá y p’acá, la Guardia Civil detrás de las máscaras, nosotros corriendo, te metías en una casa para esconderte, comprometiendo a los vecinos y huyendo de la Guardia Civil…

El Carnaval no puede fracasar, vendrán nuevas generaciones que continuarán con el legado. Antes era todo como te he contado, no había otro Carnaval, estaba prohibido. Si tenías ropa nueva, los padres no te la dejaban porque en las calles solo había piedras, barro y charcos, pero tampoco había dinero para meterse en un bar y a la calle todo el mundo, salvo los ricos que se metían en el casino. Los pobres siempre hemos estado con nuestras mujeres, los ricos se reunían solo los hombres y luego a las 12 las mujeres se disfrazaban con trajes de lujo, no de máscaras.

No estoy por la labor de parar ni dejar de vestirme de máscara, mientras tenga fuerzas y humor

Tengo una anécdota en este sentido. Estuve toda una tarde con una mujer agarrada del brazo sin que supiera quién era yo. Me colé en el casino, cogí el portante y dije a una chica bien vestida, ¿a que no me conoces? Ella pensó que era Nemesio, un primo hermano suyo, y yo no la saqué de dudas. En la calle me encontré con mi hija y mi mujer que me reconocieron pero no dijeron nada, al final me hice fotos, bailé y me paseé con ella sin que se enterara de quién era yo. Con el tiempo se aclaró todo.

P.- ¿Cuándo va a parar, son 93 años?

R.- No estoy por la labor de parar. Aunque vaya más despacio continuaré con lo mío, además me he echado una compañera que me sirve de punto de apoyo (refiriéndose a su garrota). Tengo fuerzas y humor que es el que no quiero perder. Si falta el humor y aparecen enfermedades eso no es vida, vivir es vivir, ir al centro de día, echar la partida de dominó, saludar a mis vecinos. Pero bueno, cuando Dios disponga nos iremos disfrazados allí al otro lado.

OCTAVIO MARTÍN MUÑOZ, PERSONAJE EMBLEMÁTICO DEL CARNAVAL DE MIGUELTURRA: “Mi Carnaval...