Pablo de Mera nació en la localidad de Torralba de Calatrava el 31 de enero de 1549.
Como militar perteneció a las filas de la Religiosa-Militar Orden de Calatrava. Gracias a su amistad con el también torralbeño, Jerónimo Martínez, considerado por Pablo de Mera como “maestro y amigo”, tuvo relación con miembros de la Corte y el Gobierno. No en vano, Jerónimo Martínez fue Secretario del primer duque de Lerma y marqués de Denia, Don Francisco Gómez de Sandoval Rojas, favorito del Rey Felipe III.
Así, Pablo de Mera, estando al servicio del citado duque, combatió ante la insurrección de los moriscos (1568-1571).
Al terminar la guerra se retiró a sus posesiones y se dedicó a cultivar sus tierras, contrayendo matrimonio con Lucía López.
A finales del siglo XVI, el Papa Gregorio XIII inició la tarea de corregir el calendario existente (“calendario juliano”), con una serie de cálculos y reglas que pusieran en vigor los nuevos avances científicos sobre la duración del movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol, y que sirviese de base para una organización cronológica, lo más exactamente posible, de los acontecimientos históricos sucedidos hasta el momento. Surge así el denominado “Calendario Gregoriano” (1582).
Tomando como influencia este nuevo referente cronológico, Pablo de Mera escribe su Tratado del cómputo general de los tiempos, conforme a la nueva reformación, necesario para los eclesiásticos y seglares. Con cien tablas centésimas y la restauración del Áureo número, con otras tablas, y cuentas curiosas a ello tocantes.
Este tratado cuenta con cien tablas “centésimas”, la restauración del “número áureo”, y otras numerosas tablas y cuentas curiosas. En el prólogo de la obra, bajo el título “De Amicitia” (por amistad), Pablo de Mera señala que en la realización del tratado se ha aprovechado de los conocimientos y consejos del ya citado, su paisano, Jerónimo Martínez.
La obra se divide en 185 artículos o capítulos, y en ellos trata con extensión el tema del Tiempo, como la magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos, especialmente en lo que a las edades Antigua y Moderna se refiere, matizando observaciones al respecto por parte de las diversas religiones; explicando el llamado Año Eclesiástico o Litúrgico, así como la constitución de los cielos, los astros principales que se manifiestan perceptibles a nuestra vista…
También hace un estudio de los signos del zodíaco, palabra que procede del griego zodiakos, que significa rueda de los animales, y que el torralbeño define como “una banda de la esfera celeste, de 18 grados de anchura, centrada en otra eclíptica, que no es fija, sino que se desplaza con el tiempo sobre el fondo celeste”.
Otro capítulo es el dedicado a los eclipses, -de Sol y de Luna-, del griego ekleipsis, que los define como la “desaparición o abandono, ya que no dejan de ser los eclipses la consecuencia de un fenómeno en el que la luz procedente de un cuerpo celeste es bloqueada por otro, llamado cuerpo eclipsante”.
También se dedicó a la pronosticación del tiempo, concluyendo con un capítulo en el que trata 'De los engaños que hay en el mundo y lo que dél se siente'.
Sin duda, la obra tiene un carácter marcadamente práctico y divulgativo; incluye un calendario perpetuo, pronósticos y consejos aplicables a materias diversas como la astrología y la agricultura.
En mayo de 2022, el Ayuntamiento de Torralba de Calatrava, presidido por su alcaldesa Doña María Antonia Álvaro, en colaboración con la Asociación para la Cultura y el Patrimonio “Flor de Ribera”, adquirió el libro escrito por Pablo de Mera. Así, este ejemplar, del siglo XVII, puede contemplarse en el Museo de la Historia y las Costumbres de Torralba de Calatrava.
FUENTES:
MUÑOZ MARTÍNEZ, Eduardo. “Poetas y escritores ciudadrealeños”. En https://ceclmdigital.uclm.es/viewer.vm?id=0002525769&page=29&search=
Archivo Parroquial de la Santísima Trinidad de Torralba de Calatrava. Libro de Bautismo (1549-1594).
HERVÁS Y BUENDÍA, Inocente. “Diccionario Histórico, Geográfico, Biográfico y Bibliográfico de la Provincia de Ciudad Real”. Ciudad Real. 899, pp. 563-564.
