viernes. 29.03.2024

De animoso a melancólico

Nuestro personaje nació en el seno de una afamada y privilegiada familia, rodeado de todo tipo de lujos. Recibió una cuidada educación, pero que no estaba orientada a prepararle para la inesperada responsabilidad que tuvo que asumir siendo todavía un adolescente y que le obligó a abandonar el confortable entorno en el que se había criado para partir a un país diferente, del que desconocía casi todo, empezando por su idioma. Probablemente todas estas circunstancias no ayudaron a dar la serenidad que precisaba su compleja personalidad, que ya había empezado a ofrecer ciertas muestras de inestabilidad desde su infancia.  

Su estado de ánimo era muy variable y tan pronto se sentía eufórico como pasaba a ofrecer evidentes muestras de tristeza y abatimiento. Cuando se encontraba en los buenos momentos presentaba un carácter animoso que se expresaba en su buen humor y, sobre todo, en una actividad sexual muy intensa, hasta tal punto que, debido a sus profundas convicciones cristianas, le llegaba a provocar remordimientos y sentimientos de culpa que le obligaban a confesarse casi a diario. Pero tras el fallecimiento de su primera esposa, sus momentos de euforia disminuyeron de forma notable y sus brotes depresivos fueron cada vez más frecuentes.

Sus manías y obsesiones empezaron a ser habituales y ello provocó un comportamiento que lo situaba entre la locura y la extravagancia. Uno de sus principales temores era el de ser envenenado a través de la piel o de la ropa por lo que apenas se aseaba y decidió no cambiarse de camisa, la cual acabó hecha jirones. Padecía cefaleas y problemas estomacales, pero estos males acrecentaban su natural tendencia a la hipocondría. Dejó de cortarse las uñas creyendo que con ello se reducirían sus males, perolas uñas de sus pies llegaron a alcanzar tal tamaño que prácticamente no podía andar. También empezó a tener alucinaciones y delirios. Durante un tiempo creyó ser una rana y se desplazaba por el palacio en el que habitaba croando y dando saltos como si fuera un batracio. En otra ocasión creyó que eran reales los caballos que aparecían representados en los tapices que decoraban las estancias de su palacio e intentó montarlos.

Aunque tan solo hemos comentado de forma muy resumida algunas de las evidencias que ponen de manifiesto que padecía trastorno bipolar y neurosis maniaco-depresiva, hay que destacar que este personaje fue un gran reformador, probablemente porque supo rodearse de buenos políticos que acabaron administrando el país en su nombre. Se trata de Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en España y que, a pesar de sus desvaríos y de haber abdicado durante ocho meses, protagonizó el reinado más largo de la Historia de España al haber ocupado el trono durante 45 años.

De animoso a melancólico