María Dolores Fisac Serna, conocida como Lola Fisac, nació en Daimiel el 15 de diciembre de 1909. Era hija del farmacéutico Joaquín Fisac y de Amparo Serna. El matrimonio tuvo siete hijos, de los que tres fallecieron al nacer, y Matilde falleció a los doce años, quedando José, María Dolores y Miguel (1913-2006), que sería un destacado arquitecto y urbanista. La familia vivía en el número 14 de la céntrica calle Comercio (actual calle Virgen de las Cruces).

Dolores realizó sus estudios primarios en el colegio Divina Pastora de la localidad daimieleña. En 1935 conoció la figura de Josemaría Escrívá de Balaguer y la institución, fundada por él en octubre de 1928, perteneciente a la Iglesia Católica bajo el nombre de Opus Dei (la “obra de Dios”).
El 7 de julio de 1937 solicitó su admisión en el citado Opus Dei.
Durante la Guerra Civil permaneció en Daimiel desde donde organizaba el envío de víveres a Josemaría Escrivá, a su madre y a las personas que estaban su hermano Miguel en Madrid, el cual residía en la denominada Residencia DYA (primera Academia y Residencia regentada por el Opus Dei). Además, se conserva una amplia correspondencia epistolar de la que mantenía con el fundador de la Obra.

En una de las cartas que intercambiaron, durante la Guerra Civil, Josemaría Escrivá le manifiesta a Lola Fisac: “No me olvides que en mi casa hay mucho trabajo, y trabajo duro (…) Sin embargo, también hay algo que no se encuentra en ninguna parte: la alegría y la paz; en una palabra, la felicidad”.
Durante la posguerra, y junto con Dolores Albás y Carmen Escrivá, -madre y hermana de Josemaría Escrivá- trabajó en la gestión doméstica de las primeras residencias de estudiantes y centros del Opus Dei. Así, fue una de las mujeres que vivieron en el primer Centro de Mujeres del Opus Dei en la madrileña calle de Jorge Manrique en el curso 1942-1943.
Acompañó a Dolores Albás, en el momento de su fallecimiento -22 de abril de 1941-, mientras Josemaría Escrivá se encontraba en Lérida, predicando unos ejercicios espirituales a un grupo de sacerdotes.
Y así, a partir de los años 40 dedicó su actividad profesional a la administración doméstica de varios centros del Opus Dei, pero pronto empezó a conciliar esta dedicación con el cuidado de sus padres enfermos, a quienes cuidó durante casi treinta años.
Lola Fisac abrió el camino a otras muchas mujeres (Nisa López Guzmán, Encarnita Ortega, Enrica Botella, Guadalupe Ortíz de Landázuri, Sagrario Arellano…) que derribaron barreras y fueron más allá de las labores domésticas y del cuidado familiar para poner en marcha iniciativas como la editorial Minerva, con el objetivo de promover la lectura de libros clásicos y modernos entre las mujeres; o la residencia universitaria Zurbarán.

El mensaje del Opus Dei les abría unos horizontes de trabajo y apostolado que las impulsaba más allá de lo que una mujer en la década de los cuarenta podía imaginar, pues eran pocas las que ejercían una profesión o accedían a una carrera universitaria. La mujer tenía muy poca capacidad de actuación en la sociedad.
Falleció en Madrid, el 31 de marzo de 2005, a los 95 años de edad.
FUENTES:
https://www.vidanuevadigital.com/2021/04/29/las-primeras-mujeres-del-opus-dei/
https://pensaresposible.blogspot.com/2018/09/escondidos-el-opus-dei-en-la-guerra.html
https://opusdei.org/pt-br/article/cartas-de-josemaria-escriva-a-dolores-fisac/