Ángel Dotor Municio nació en Argamasilla de Alba el 25 de agosto de 1898 en la antigua calle Pontón de Crespo, actual Duque de Alba. Su padre era Ángel Dotor Aliaga, alcalde de la localidad en varias legislaturas y uno de los fundadores de la Junta Municipal Republicana de Argamasilla de Alba, en 1903.
Cursó estudios en las Escuelas Públicas de Argamasilla de Alba, estudió Magisterio y más tarde se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, actual Complutense.
Ángel Dotor Municio se casó en 1922 en Segovia con Lidia González de Frutos. Del matrimonio nacieron sus hijos Santiago y Ángel.
Alternó su trabajo como jefe de correo y propaganda de la Editorial Espasa-Calpe con el de corresponsal y articulista de numerosos medios de comunicación, sobre todo extranjeros. Desde 1917 a 1980 escribió unos 15.000 artículos en la prensa provincial, regional, nacional e internacional hispanoamericana.
Fue amigo del escritor de la Generación del 27 Guillermo de Torre Ballesteros y colaboró en algunas de las revistas del ultraísmo como Alfar, Cervantes y Cosmópolis. Perteneció a la Asociación Española de Amigos de los Castillos, cuyo Boletín dirigió, y colaboró en la Revista Geográfica Española. Publicó numerosos libros con fotografías de castillos de toda España y texto suyo. Desde los años 1950 fue correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Falleció en Madrid el 21 de febrero de 1986.
En 1928, el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba le dedicó una calle, y el 21 de mayo de 1954 fue nombrado Cronista Oficial de la Villa.
En pleno extraordinario de 30 de abril de 1971 se acuerda concederle la Medalla de Oro de la Villa al Mérito.
Su producción bibliográfica desde 1922 a 1976 es de 40 libros, con diferentes temas: novela, crítica, biografía, guías histórico descriptivas, divulgativas, monográficas. Más un buen número de ensayos y guías de viajes. Así mismo, su colaboración en enciclopedias nacionales e internacionales o impartición de conferencias es prolija y abundante.
Perteneció al movimiento estético hispanoamericano de renovación de la literatura, que se denominó Ultraísmo, que seguía fielmente al Creacionismo iniciado por el poeta chileno Vicente Huidobro.
Fue académico de numerosas organizaciones: Real Academia Hispano Americana de Ciencias y Artes de Cádiz, Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Academia Mexicana de la Historia, Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Academia Nacional de Artes y Letras de La Habana, Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Academia Nacional de la Historia de los Estados Unidos de Venezuela, Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, Academia La Templi de Italia; y miembro de honor de otras instituciones: Alleanza Internazionale dei Giornalisti e Scrittori Latini, Académie Historique d´Athenes de Roma, Académie Internationale Saint-Georges de Culture Universelle de Roma…
Fue consejero de número del Instituto de Estudios Manchegos.
Recibió varios premios internacionales y numerosas distinciones por su labor cultural.
En La Revista Literaria de Cádiz, de febrero de 1927, encontramos una preciosa descripción de la faceta de Ángel Dotor como escritor:
«Alma exquisita y sentimental - dice estudiando su personalidad el escritor levantino José Rico de Estasén- espíritu romántico, corazón amante de todo lo noble, de todo lo bello, gusta forjar ideológicas quimeras para loar todo aquello que por su aristocrático linaje sea digno de loa. Su musa peregrina está en incesante fiesta de concebir para traer a la realidad artística el vivir de las cosas en quienes puso el tiempo nimbo refulgente de inmortalidad. La obra de Dotor tiene la ilusión florida de su fuerte juventud, los decires sabios de su hablar castizo, de su estilo jugoso, vivaz y preciso, los sentires hondos de su pensar de poeta elegante. Peregrino enfermo de ideales y de amores, Ángel Dotor ha buscado las fuentes de su maravillosa inspiración donde únicamente podían estar; a la sombra augusta de la Catedral Primada, oyendo el murmurar del Tormes en la sabia Salamanca, corriendo a menudo por los viejos y famosos lugares que anduviera nuestro señor D. Quijote”.
FUENTES:
https://cultura.ellugardelamancha.es/angel-dotor-y-municio/
La Revista Literaria, Cádiz. Febrero de 1927, número 2.
La Revista Literaria, Cádiz. Julio de 1927, número 7.
